Durante una reunión en la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump expresó su apoyo a la decisión del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, de prohibir la participación de mujeres transgénero en deportes femeninos. Trump, refiriéndose a las mujeres trans como «hombres», cuestionó a Bukele sobre la inclusión de personas trans en el deporte femenino, a lo que Bukele respondió que considera tal inclusión como «abuso contra la mujer».
La conversación derivó hacia el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (CECOT) en El Salvador, una prisión de alta seguridad conocida por sus duras condiciones. Trump elogió las instalaciones y sugirió a Bukele la construcción de «unos cinco lugares más», indicando su deseo de deportar a ciudadanos estadounidenses convictos a dicha prisión. «Los próximos son los locales», afirmó Trump, sugiriendo que la prisión actual «no es lo suficientemente grande» para albergar a todos los estadounidenses que desea enviar allí.
La administración Trump admitió previamente un error administrativo en el caso de Kilmar Ábrego García, un residente estadounidense enviado a CECOT. A pesar de la orden de la Corte Suprema de repatriarlo, Trump se ha negado, argumentando que Estados Unidos no tiene la obligación de intervenir. Bukele calificó la pregunta sobre el regreso de Ábrego García como «absurda», insistiendo en que es un «terrorista», contradiciendo la admisión de la administración Trump.
Trump defendió la postura de Bukele y criticó a los periodistas presentes, calificándolos de «personas enfermas» por cuestionar la situación de Ábrego García. Además, reafirmó su intención de deportar a ciudadanos estadounidenses a CECOT si son considerados «criminales» y si «violan a mujeres de 87 años».
La reunión entre Trump y Bukele generó controversia, especialmente en relación con los derechos de las personas transgénero y el trato a los detenidos en CECOT. Las declaraciones de Trump han sido criticadas por grupos de derechos humanos y defensores de la comunidad LGBTQ+.
Fuente: LGBTQ Nation.