La adopción por parejas del mismo sexo en Brasil se ha triplicado en los últimos cuatro años, según un estudio del Consejo Nacional de Justicia (CNJ).
Desde 2019, 1.535 niños, niñas y adolescentes han sido adoptados por padres y madres LGBTQIA+, lo que corresponde al 6,4% del total de 23.918 adopciones en el período.
El número anual de adopciones por parejas del mismo sexo aumentó de 145 en 2019 a 416 en 2023. En 2024, hasta la fecha, se han completado 203 adopciones por parte de parejas del mismo sexo.
Aunque el proceso de adopción es el mismo para todos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, las parejas LGBTQIA+ todavía enfrentan obstáculos sociales y estigma.
Maffei, que adoptó a los hermanos Aylla y Víctor junto con su pareja, relató en entrevista con O GLOBO que, aunque la justicia fue eficaz, los prejuicios se notaron durante las visitas al albergue, donde los empleados quedaron sorprendidos por la presencia de la pareja formada por dos hombres.
El Sistema Nacional de Adopción y Acogida (SNA) señala que actualmente hay 4.940 niños en espera de adopción en Brasil y el 7% de los 35.562 futuros padres adoptivos son del mismo sexo.
Denise Ferreira, trabajadora social del Tribunal de Justicia de Bahía, explica que uno de los desafíos del proceso es alinear el perfil de los niños disponibles, muchos de ellos negros y mayores, con los criterios elegidos por los solicitantes. “Cuanto más flexible sea el perfil, más rápido será el proceso”, afirma.
Incluso con el reconocimiento legal de la adopción por parte de parejas LGBTQIA+ por parte del Supremo Tribunal Federal (STF) desde 2015, el abogado Givanildo Freire destaca que todavía hay resistencias en algunas regiones del país, especialmente en el interior, donde los procesos pueden ser más lentos. Además, muchas parejas enfrentan críticas en las redes sociales y resistencia de los familiares.
El abogado Saulo Amorim, que fundó el grupo de apoyo “Cores da Adoção” después de adoptar a su hijo, cree que la falta de información aún mantiene a las familias LGBTQIA+ alejadas de la adopción. Él y otros activistas trabajan para desmitificar el proceso, reforzando que la diversidad es un valor que enriquece a las familias y a la sociedad.
Un ejemplo de esto es la terapeuta Carolina Rua, quien desarrolló un juego inspirado en Harry Potter para ayudar a los futuros adoptantes a comprender la adopción tardía. Como en el caso del famoso mago, la mayoría de los niños de los refugios tienen más de 7 años, y el objetivo del juego es concienciar y preparar a las familias para acoger a estos niños.
Fuente: gay1.com.br