En vísperas del Ni Una Menos, la comunidad despide a una histórica activista que marcó el camino de la visibilidad y la resistencia en Chubut.
La comunidad LGBTIQ+ de Argentina lamenta la partida de Mayka Acuña, una figura icónica y pionera en la lucha por los derechos de las personas trans en el país. Su fallecimiento, ocurrido en los primeros días de junio, deja un vacío profundo en el activismo y en el corazón de quienes la conocieron. En un contexto marcado por la histórica marcha Ni Una Menos, la noticia resuena como un recordatorio de su legado de resistencia y amor.
Nacida el 3 de abril de 1956 en Trelew, Chubut, Mayka se formó en teología y filosofía, y tras abandonar el estado religioso en 1987, abrazó plenamente su identidad como mujer trans. Su vida estuvo atravesada por la valentía: durante una década brilló como vedette en cabarets nacionales, visibilizando con orgullo su identidad en un contexto donde las personas trans enfrentaban escasas oportunidades y constante marginalización. “No había otras posibilidades para la comunidad travesti-trans”, reflexionaba Mayka, quien transformó esas limitaciones en una plataforma para la lucha.
Una vida de militancia
Desde los años 70, Mayka desafió las estructuras opresivas. Su activismo comenzó en el marco del Trelewazo de 1972, donde su participación en el grupo teatral “El Grillo” la puso en la mira de la dictadura, enfrentando amenazas de muerte y persecución. Lejos de intimidarse, forjó lazos con presos políticos en la cárcel de Rawson, consolidándose como un símbolo de resistencia. Fue la primera activista travesti-trans en Chubut, sensibilizando instituciones como la Iglesia, el Estado y el Poder Judicial, que históricamente criminalizaban a la comunidad LGBTIQ+.
En 1992, mientras en Buenos Aires se gestaba la primera Marcha del Orgullo, Mayka organizó el primer encuentro festivo del Orgullo Gay en Trelew. Un año después, junto al grupo Conciencia Joven de Puerto Madryn, impulsó el segundo encuentro, integrando a personas heterosexuales en la lucha contra el VIH/sida con la campaña “Juntos Venceremos el SIDA”. En 1997, marcó otro hito al organizar la Primera Fiesta Gay en su ciudad natal.
Contra la violencia y por la identidad
La lucha de Mayka también se enfrentó a la violencia policial. Desde 1998, denunció en medios locales y regionales los abusos sufridos por la comunidad LGBTIQ+, empoderándose como una voz ineludible. En 2009, junto a Claudia Pía Baudracco, presentó el proyecto de Ley de Identidad de Género en la Universidad Nacional San Juan Bosco, consolidando su rol como referente de ATTTA en Chubut.
Su compromiso fue reconocido en 2014 por la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina, y en 2019 fue nombrada Madrina de la Primera Marcha Provincial del Orgullo en Chubut, un homenaje a su trayectoria de lucha por la diversidad, la inclusión y el respeto. “Siempre voy a elegir mi felicidad y mi ser”, afirmaba Mayka, quien veía la homosexualidad no como un delito, sino como una expresión de humanidad con derechos.
Un legado imborrable
Mayka Acuña no solo abrió caminos, sino que los pavimentó con su entereza y amabilidad. Su gratitud hacia la prensa local, que le dio espacio en tiempos de persecución, y su incansable defensa de los derechos LGBTIQ+ la convirtieron en un faro para las nuevas generaciones. Hoy, la comunidad la despide con dolor, pero también con la certeza de que su espíritu de lucha seguirá inspirando.
En este junio gris, mientras Argentina se prepara para marchar por la vida y los derechos, el eco de Mayka resuena: “La homosexualidad no es sinónimo de delincuencia, sino de ser una persona con derechos”. Su vida es un testimonio de que la felicidad y la identidad son actos de resistencia.
Sobre una nota de Diario Jornada
