La selección y sus logros no solo pertenece a los heterosexuales. Si hay algo que han mostrado estos festejos, desde la hermosa tarde del 18/12, es la amplia diversidad del público que acompañó y agradeció a la Selección y su transitar por Qatar 2022.
El fútbol, fenomeno socio cultural inmenso en estas latitudes, siempre nos atravesó a todes. Desde nuestra niñez. Desde que nos sometían al bullying por no jugarlo bien en las escuelas. Sin embargo, ese deporte nos encuentra, nos agrupa, lo conocemos todes (para bien o para mal), nos permite el abrazo fraterno, nos permite estar nerviosos y no esconderlo, compartirnos las emociones.
Desde aquella tarde en que el penal de Gonzalo Montiel marcó la definición a favor de Argentina, miles de personas nos dedicamos a ‘patear’ la calle. A juntar nuestras emociones junto al vecindario, a la ciudad o al distrito. Sin importar sexualidades, los besos salieron como otras tantas emociones a demostrarse en la vía pública.
Este país es Campeón. Es el que más derechos ha cedido a las diversidades, no sin antes haberlos exigidos. Maricas, trans, tortas, putos, gays, no binaries, trolxs, hemos exigido y logrado ser parte de la comunidad organizada. Como sujetos de derechos. Y es esa lucha la que ha logrado la integración de equipos deportivos de la inclusión. El deporte ya nos incluye también, en menor o mayor medida, porque nos sobra conciencia sobre lo dificultoso que es en algunas zonas del país.
Pero festejar nos pertenece. Tenemos derecho de ser felices, de estar alegres, de festejar dentro de la diversidad. De cantar, de gritar, de besar, de sentir. Sin olvidar las realidades, pero poniendo de relieve los progresos que la Comunidad LGBTIQ+ ha logrado.
Encontremonos!
Somos nosotrxs!
Somos campeones!
