“Hacer cuerpo en el Psicoanálisis y en La Cuerpo”

“Hoy vamos a pensar el cuerpo no solo como biología, sino como un escenario de deseo, goce y resistencia. Para eso, vamos a comparar lo que dice el psicoanálisis sobre “hacer cuerpo” con la performance de Jazmín La Cuerpo.”

Escribe: Lic. Pablo Szternberg

“La Cuerpo” como nombre e identificación

• El alias “Jazmín La Cuerpo” pone el acento en el cuerpo como núcleo identitario, no tanto en un “yo” ni en un apellido.

• En psicoanálisis, especialmente a partir de Lacan, dirá el cuerpo no es algo dado de manera biológica, sino algo que se hace a través del lenguaje, de las marcas significantes y de las imágenes.

• Llamarse “La Cuerpo” es casi una provocación: ¿Qué es un cuerpo? ¿Es soporte de goce, objeto de deseo, superficie de inscripción?

• Para Freud, el cuerpo es desde el inicio un cuerpo erógeno, tejido por zonas erógenas y pulsiones, no simplemente biológico.

• Para Lacan, el cuerpo es un cuerpo hablante (parlêtre): se “arma” en la relación con el Otro, en el registro imaginario (la imagen del cuerpo), simbólico (las palabras que lo nombran y delimitan) y real (el goce que desborda).

• El “hacer cuerpo” refiere a cómo los significantes y las prácticas producen consistencia corporal: tatuajes, cirugías, performances, modos de mostrarse, etc. Son operaciones de subjetivación que dan un borde al goce.

En la figura de Jazmín

• Si pensamos a Jazmín La Cuerpo como figura pública que encarna un exceso performático, hay una clara puesta en acto del cuerpo como construcción y espectáculo.

• Su nombre y su estética llevan la huella de que el cuerpo no es algo natural, sino algo que se fabrica, se performa y se goza.

• Se ubica así en un cruce con el psicoanálisis: muestra que el cuerpo es más que organismo; es escenario de deseo y goce, y también campo de disputa política y estética.

• En clínica, “hacer cuerpo” puede leerse como el trabajo del sujeto para dar consistencia al propio cuerpo, a veces frente a experiencias de fragmentación, de exceso pulsional o de imposibilidad de simbolización.

• La figura de “La Cuerpo” lleva al extremo ese hacer: el cuerpo como superficie de escritura (maquillaje, vestuario, gestos) que encarna algo de lo real del goce en lo social.

Comparativamente: “Hacer cuerpo” en el psicoanálisis y en Jazmín La Cuerpo

EjePsicoanálisis (Freud – Lacan)Jazmín La Cuerpo
Origen del cuerpoEl cuerpo no es dado biológicamente, se arma a partir de zonas erógenas, del espejo y del lenguaje.Su nombre mismo (alias) señala que el cuerpo no es natural: es construcción identitaria y marca pública.
“Hacer cuerpo”Operaciones simbólicas e imaginarias que dan consistencia al cuerpo (nombrarse, tatuarse, performar, armar bordes).Usa maquillaje, ropa, gestos y performance para construir un cuerpo que es obra y signo, no mero organismo.
Dimensión del goceEl cuerpo es sede de goce, más allá de la utilidad biológica; el goce es exceso y a veces desborde.Exceso performático y erótico en escena: el cuerpo como superficie donde el goce se exhibe y se comparte.
Lo real del cuerpoSiempre hay un resto que no se simboliza, el cuerpo como real que escapa a la palabra.Lo desbordante, lo excesivo y provocador de su figura muestra ese “resto” irreductible al sentido.
Lo político-socialEl cuerpo es atravesado por normas, discursos y prohibiciones; el sujeto negocia con ellos para “hacer cuerpo”.Al poner su cuerpo como bandera y nombre, interpela normas sociales, género y deseo desde la visibilidad radical.
Subjetividad“Hacer cuerpo” permite sostener una identidad y un modo singular de habitar el mundo.La figura de Jazmín muestra que el cuerpo puede ser una identidad en sí misma, una subjetividad encarnada en la performance.

👉 En síntesis: la relación entre Jazmín “La Cuerpo” y el psicoanálisis es que su alias y performance visibilizan que el cuerpo no se tiene, se hace. No es mero organismo biológico, sino resultado de inscripciones simbólicas, imaginarias y reales, en tensión permanente.

De esta manera, se puede ver que Jazmín La Cuerpo es una encarnación social y estética de la noción psicoanalítica de “hacer cuerpo”, al mostrar que el cuerpo no es naturaleza sino producción, goce y discurso. “El cuerpo no se posee: se encarna, se performa y se disputa.” “Una invitación a pensar el cuerpo como territorio de subjetividad, deseo y resistencia.”

Escribe: Lic. Pablo Szternberg – MN: 29272 MP: 92776

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