La sífilis, una infección de transmisión sexual (ITS) con siglos de historia, vuelve a encender las alarmas en Argentina. Datos recientes del Ministerio de Salud de la Nación han revelado un preocupante incremento en los casos en los últimos años, afectando particularmente a poblaciones clave, entre ellas, la comunidad LGBTIQ+. Este repunte exige que redoblemos los esfuerzos en materia de información, prevención y acceso a la salud.
¿Qué es la Sífilis y por qué es importante conocerla?
La sífilis es una infección causada por la bacteria Treponema pallidum. Se transmite principalmente a través del contacto sexual sin protección con una persona infectada (vaginal, anal u oral), y también de madre a hijo durante el embarazo (sífilis congénita).
Lo insidioso de esta ITS es que puede presentarse de diversas maneras y, en sus etapas iniciales, sus síntomas pueden ser leves o pasar desapercibidos, lo que facilita su propagación. Es fundamental conocer sus etapas para estar alerta:
- Sífilis primaria: Suele manifestarse con una o varias llagas indoloras llamadas «chancros» en el lugar donde la bacteria entró al cuerpo (genitales, ano, boca). Estas llagas pueden desaparecer por sí solas en pocas semanas, incluso sin tratamiento, pero la infección persiste.
- Sífilis secundaria: Aparece semanas o meses después de la primaria, con síntomas como erupciones cutáneas (frecuentemente en palmas de manos y plantas de pies), fiebre, ganglios inflamados, dolor de cabeza, pérdida de cabello y fatiga. Al igual que los chancros, estos síntomas pueden desaparecer, pero la bacteria sigue activa.
- Sífilis latente: En esta etapa, no hay signos ni síntomas visibles, pero la bacteria permanece en el cuerpo. Puede durar años.
- Sífilis terciaria (o tardía): Si no se trata, la sífilis puede avanzar a esta etapa, que puede causar daños graves y permanentes en órganos como el cerebro, el corazón, el sistema nervioso y los huesos, llevando a problemas neurológicos, cardíacos e incluso la muerte.

La preocupación en la comunidad LGBTIQ+
Históricamente, las poblaciones LGBTIQ+ han enfrentado mayores barreras en el acceso a la salud sexual, estigma y discriminación, lo que puede contribuir a una menor realización de pruebas y un diagnóstico tardío. Además, ciertas prácticas sexuales dentro de la comunidad, sin las debidas precauciones, pueden aumentar el riesgo de transmisión. Es crucial que nuestros espacios sean seguros para hablar de salud sexual, sin juicios ni vergüenzas.
La buena noticia: La sífilis tiene cura
Afortunadamente, la sífilis es curable, especialmente en sus primeras etapas, con un tratamiento sencillo y eficaz a base de penicilina. Es por eso que el diagnóstico temprano es tan importante. Si una persona es diagnosticada y tratada a tiempo, puede evitar las complicaciones graves de la enfermedad.
Precauciones y medidas de prevención fundamentales:
Frente a este aumento de casos, la prevención y el cuidado son nuestras mejores herramientas:
- Uso consistente y correcto del preservativo: El profiláctico es el método más efectivo para prevenir la transmisión de la sífilis y otras ITS. Usalo en todas las relaciones sexuales (vaginales, anales y orales). Recordá que el látex protege, pero el contacto piel con piel fuera de las zonas cubiertas por el preservativo aún puede implicar riesgo.
- Realizarse pruebas de ITS regularmente: Si sos sexualmente activo/a, es fundamental que te realices chequeos periódicos de ITS, incluyendo la sífilis. Hablá con tu médico/a sobre la frecuencia adecuada para vos. En muchos centros de salud públicos las pruebas son gratuitas y confidenciales. No esperes a tener síntomas para hacerte el test.
- Comunicación abierta con tus parejas sexuales: Hablar sobre el historial de salud sexual y las pruebas de ITS con tus parejas es un acto de cuidado mutuo y responsabilidad. Fomentemos espacios de confianza donde podamos discutir estos temas sin tabúes.
- Conocer tu cuerpo y estar atento/a a los síntomas: Si notás alguna llaga, erupción, o cualquier cambio inusual en tus genitales, boca o ano, consultá a un profesional de la salud de inmediato. No te automediques.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol y otras sustancias: El consumo puede disminuir la capacidad de tomar decisiones informadas sobre sexo seguro.
- Acceso a la información y educación sexual integral: Demandemos y participemos en espacios que brinden información clara, precisa y no estigmatizante sobre salud sexual. El conocimiento es poder.
El aumento de casos de sífilis es una realidad que nos interpela a todos. En nuestra comunidad LGBTIQ+, donde hemos luchado tanto por la visibilidad y el respeto, es crucial que también nos cuidemos mutuamente en el ámbito de la salud. Hablemos, preguntemos, y actuemos con responsabilidad. La sífilis tiene cura, pero la prevención es el primer paso para proteger nuestra salud y la de quienes nos rodean.
Fuente: Redacción IA