Un artículo publicado el 20 de mayo de 2025 en LGBTQ Nation presenta una fascinante exploración sobre la sexualidad de William Shakespeare, el célebre poeta y dramaturgo inglés, a través de una entrevista con David Medina, autor del libro Shakespeare’s Greatest Love (Disruption Books, mayo 2025). Medina, un destacado político y activista abiertamente gay en Washington, D.C., sostiene que Shakespeare mantuvo una relación amorosa con Henry Wriothesley, tercer conde de Southampton, una conexión que influyó profundamente en su obra y que, según él, fue minimizada durante siglos por prejuicios históricos y culturales.

Medina, cofundador de Results for America y ex colaborador de la primera dama Michelle Obama, dedicó 20 años a investigar esta relación tras leer en la biografía Will in the World de Stephen Greenblatt (2004) una referencia a los sonetos de Shakespeare dedicados a un joven aristócrata. Su investigación revela que los dos primeros poemas narrativos de Shakespeare, Venus y Adonis (dedicado a Southampton a sus 19 años) y El rapto de Lucrecia (dedicado a Southampton a sus 20 años), junto con sus 154 sonetos y obras como El mercader de Venecia y Bien está lo que bien acaba, fueron escritos para y sobre Southampton.
Medina argumenta que el lenguaje apasionado y homoerótico de estos textos refleja un amor profundo, aunque no hay evidencia directa de que la relación fuera consumada físicamente.
El artículo explica por qué esta historia permaneció oculta durante 400 años. En la Inglaterra isabelina, los actos homosexuales eran considerados inmorales por la Iglesia Anglicana e ilegales por el gobierno, lo que llevó a una cultura de «no preguntes, no cuentes». Aunque las relaciones entre hombres eran socialmente toleradas en ciertos contextos, como los teatros donde Shakespeare y Southampton podían expresarse con mayor libertad, los biógrafos posteriores evitaron explorar esta dimensión por tres razones principales: la creencia errónea de que no había suficiente evidencia, la percepción de que la vida amorosa de Shakespeare no era relevante para su obra, y el temor a abordar el amor entre personas del mismo sexo por considerarlo controversial. Incluso en adaptaciones modernas, como la película Shakespeare enamorado (1998), la relación con Southampton es ignorada en favor de narrativas ficticias heteronormativas.

Medina también contextualiza la relación: Shakespeare, casado con Anne Hathaway y padre de tres hijos, tenía 27 años cuando conoció a Southampton, de 17, en 1591. Su vínculo, particularmente intenso entre 1591 y 1594, probablemente incluyó períodos en los que Shakespeare vivió con Southampton, su mecenas, durante un brote de peste en Londres. Aunque la relación evolucionó hacia un carácter más profesional tras el matrimonio de Southampton en 1598, se mantuvo hasta la muerte de Shakespeare en 1616. Medina destaca que las dedicatorias públicas de los poemas y los sonetos, que circulaban entre los círculos cercanos de Shakespeare, sugieren que su entorno conocía su orientación sexual, aunque se expresaba con cautela.
El artículo conecta esta narrativa histórica con el presente, subrayando la relevancia de reconocer la diversidad sexual de figuras como Shakespeare en un momento de crecientes ataques contra la comunidad LGBTQ+, especialmente contra personas trans. Medina, quien vive en McLean, Virginia, con su esposo Tim DeMaristris y su perro Puck (nombrado por un personaje de Shakespeare), enfatiza la resiliencia de la comunidad LGBTQ+, destacando que el 9% de los estadounidenses se identificaron como parte de esta comunidad en 2025, y que el voto LGBTQ+ alcanzó el 8% en 2024. Concluye con optimismo: “El amor siempre gana”.
Esta revelación no solo enriquece la comprensión de la vida y obra de Shakespeare, sino que también desafía las narrativas tradicionales, invitando a celebrar la autenticidad de su historia de amor con Southampton y su impacto en la literatura universal.