Ariel David Castillo, un querido empleado del Teatro Colón de 47 años, perdió la vida el pasado 15 de mayo tras ser víctima de un violento robo perpetrado por un «viudo negro» y tres cómplices en su hogar en Villa Libertad, San Martín. A una semana del trágico suceso, los responsables permanecen prófugos, y la comunidad exige justicia mientras la investigación avanza con más preguntas que respuestas.
Un encuentro que terminó en tragedia
El sábado 10 de mayo, alrededor de la 1:00 de la madrugada, Ariel invitó a su casa en la calle Castro al 3400 a un hombre que conoció a través de la aplicación de citas Tinder. Lo que parecía ser un encuentro casual se convirtió en una pesadilla. Según las investigaciones preliminares, el agresor, descrito como un «viudo negro» —término usado para quienes seducen a sus víctimas para drogarlas y robarles—, colocó una sustancia sedante, posiblemente benzodiacepinas o escopolamina, en la bebida de Ariel, dejándolo inconsciente.
Con la víctima incapacitada, el «viudo negro» llamó a tres cómplices, quienes saquearon la vivienda. Los delincuentes se llevaron dinero, joyas, perfumes, computadoras, celulares, ropa y el automóvil de Ariel, un Volkswagen Polo Track gris. Cámaras de seguridad registraron a los sospechosos saliendo de la casa entre la 1:00 y las 4:00 de la mañana, cargando bolsos y mochilas con los objetos robados.
Desorientado por los efectos de la droga, Ariel despertó y, en un intento por moverse, cayó por las escaleras de su hogar. El impacto le causó un grave traumatismo craneal con edema cerebral, además de una fractura en una mano, posiblemente por intentar defenderse. Fue trasladado de urgencia a un hospital en San Martín, donde permaneció en coma inducido durante cuatro días. A pesar de los esfuerzos médicos, falleció el 15 de mayo, dejando un vacío en su familia, amigos y colegas.
Un hombre querido, una vida truncada
Ariel Castillo era un profesional respetado, con más de 17 años de trayectoria en el Teatro Colón como analista de Compras. Originario de Berazategui, también había trabajado en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Su pasión por los perros, especialmente por su caniche Penyka, y su amor por los viajes, que compartía en redes sociales, lo definían como una persona cálida y entusiasta. “Era un ser de luz, siempre con una sonrisa”, recordó un colega del Teatro Colón, quien prefirió mantener el anonimato.
Los victimarios, en la sombra
A pesar de los avances en la investigación, los responsables del crimen siguen eludiendo a la justicia. La Policía de la Provincia de Buenos Aires, en conjunto con la fiscalía, está analizando registros de Tinder, imágenes de cámaras de seguridad y testimonios de vecinos para identificar al «viudo negro» y sus cómplices. Inicialmente clasificado como robo con lesiones, el caso fue reclasificado como homicidio tras la muerte de Ariel.
Fuentes policiales indican que se sospecha de una banda organizada, posiblemente vinculada a otros casos similares en Buenos Aires. Además, se investiga la posible relación con la ex pareja de Ariel, de 23 años, y otro hombre que lo visitó el 2 de mayo reclamando dinero, aunque no hay evidencia concreta que los conecte directamente con el crimen. “Estamos trabajando contrarreloj, pero necesitamos más tiempo para procesar las pruebas”, señaló una fuente cercana a la investigación.
Clamor por justicia
Mientras la investigación continúa, la familia y amigos de Ariel organizan una vigilia en su memoria frente al Teatro Colón, prevista para el próximo fin de semana. “Queremos que no se olvide, que su caso sea un llamado de atención para proteger a otros”, expresó un familiar.
Las autoridades piden a cualquier persona con información sobre el caso que se comunique con la Comisaría de San Martín o el 911. Hasta que los responsables sean llevados ante la justicia, la muerte de Ariel David Castillo seguirá siendo un doloroso recordatorio de los peligros que acechan tras la pantalla.